En uno de sus relatos su hija señala que a su madre a quien
llama “Rosaporfía” mientras estudiaba en la que era en aquella época la Escuela N º10 República Suiza y mientras
cursaba el 4º año básico en el año 1956, fue retirada del colegio, adjunta un
certificado emitido por la profesora Sra. Adriana Contreras Campos, quien
señala que era una buena alumna, con buenas calificaciones, sin embargo no pudo
continuar sus estudios, ya que a la temprana edad de 13 años tuvo que ingresar
al mundo laboral a cuidar un pequeño bebé en la ciudad de Temuco de una connotada
familia. En sus escritos agrega que a la madre de Rosaporfía le prometieron que
su hija podría continuar sus estudios en la ciudad de Temuco, promesas que
nunca llegaron, truncando la vida escolar de esta adolescente de Galvarino,
quien terminó solo como nana y niñera.
Desde este episodio su vida cambió, su hija hoy dice que a
su madre prácticamente le mutilaron la adolescencia y derechos a la educación.
Desde muy pequeña Rosaporfía caminó 8 kilómetros diarios desde
el sector de la Piedra
para ir a la escuela, obteniendo siempre muy buenas calificaciones, con lo poco
que estudió hoy su madre es una escritora innata agrega su hija, quien señala que
“El día que el señor Miguel Manríquez Saver (ex alcalde de Galvarino) la
rescató de la precaria situación que vivía, pesaba menos que una pluma, estaba totalmente deprimida. En la ciudad
aparte de arrancarle su niñez, le robaron esos tres años de estudios, y de
cotizaciones, pues nunca se las pagaron, como tampoco le cancelaron los días
del mes que llevaba trabajados cuando se retiró finalmente de su trabajo, con la excusa de que era mi madre quien se iba, en fin, así eran las
cosas en esos tiempos. Por otra parte fue la madre del señor Manríquez,
doña Teresa Saver quien instruyó y aconsejó a mi madre para ser una buena dueña de casa y
cocinera”, haciendo ver que tiene buenos recuerdos de la familia Manriquez Saver.
“Si las personas fuéramos justas, la pobreza estaría en extinción", agrega.
Por último nos deja algunos versos o poesía en donde relata parte
de su atormentada y sufrida vivida y también de una de sus especialidades en la
cocina, los exquisitos calzones rotos.
ROSAPORFIA PERSEVERA...
Érase una vez una vieja danzarina
que danzó en muchas cocinas.
Un día se retiró
a un rincón de la ciudad
a cuidar a su mama.
A Rosaporfia
le mueven el piso
le cortan el agua
le cortan la luz
se le acaba el gas,
pero no se va
porque está cuidando
a su mamá.
Pero un día su mamá
dejó su cuerpo
viejo y cansado
y se fue pal otro lado
a reencontrarse con su madre,
con su hijo regalón
y con su marido que fue un regañón.
Aquí anda Rosaporfia
llenando su canastita
el que tiene no lo niegue
aunque sea unas moneditas.
Aunque sea una monedita
que no nos sirve de ná
guardar tanto la moneda
si estamos pa la cantá.
Aquí anda Rosaporfia
que vivió con sus parientes
el que tiene no lo niegue,
no le quedaron ni dientes.
Aquí anda Rosaporfia
cantándole a sus patrones
que la echaron al olvido
ya no puede hacer calzones (¡¡Rotos¡¡).
Su historia la puedes seguir en su Blog: http://rosaporfia.blogspot.com/