Me consultaba un amigo cual sería mi equipo favorito para la final del clausura de este fin de semana entre Colo Colo y Palestino, conociendo mi simpatía y admiración que siempre he tenido hacia los albos.
Difícil pregunta pero a decir verdad mi corazón está dividido y confundido entre indios y paisanos, y en esta ocasión parece que la sangre Árabe tira más que el fanatismo hacia los albos. Es que para el pequeño equipo de Palestino llegar a esta final a sido toda una proeza, con un plantel sin grandes figuras y sueldos, con un esquema táctico prácticamente defensivo y un fútbol con más corazón que técnica, llegar a una final tan disputada con un equipo grande es poco común en nuestro medio, pero después de lo que vimos en el partido de ida donde Palestino tuvo que lidiar con un poderoso equipo como Colo Colo, con una injusta inferioridad numérica y un arbitraje poco serio del siempre protagonista juez Selman, creo que sería interesante que un equipo chico se quedara también con algún título, como una forma de quitarle el monopolio y protagonismo a los equipos grandes que ya no tienen espacio para guardar tantos trofeos y que se han apoderado de todas las finales.
Sería un lindo regalo de fin de año para los cientos de inmigrantes y descendientes de Árabes de Chile amantes del fútbol y no solo de Chile porque también en Palestina estarán atentos a este resultado que puede obtener este pequeño y esforzado equipo, que al igual que en los tiempos bíblicos tendrá que dar una desigual pelea con el gigante Goliat.
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