- Buenas noticias llevó el Intendente de La Araucanía, Andrés Molina, a tres niños que padecen enfermedades crónicas: una pensión otorgada por el Gobierno para costear sus tratamientos y así tener mejor calidad de vida.
Danaee Contreras tiene siete años y a su corta edad ha debido luchar contra una lamentable enfermedad. Nació con una malformación congénita grave que la ha llevado a convertirse en visita frecuente a hospitales y al Instituto Teletón en Temuco, además de tener que invertir –sus padres- casi 200 mil pesos mensuales en insumos médicos.
“Ella nació con esta malformación. A los dos días de vida se tuvo que ir a Santiago para una operación. Tiene ano perforado y usa unas placas especiales que salen muy caras y debemos costear a diario. Cada tres horas tengo que ir a cambiarla al colegio porque usa pañales. A veces se siente mal pero yo estoy pendiente para ir a acompañarla”, comenta Carola Isla, madre de la menor.
Hasta el hogar de esta familia llegó el Intendente de La Araucanía, Andrés Molina, para entregar una buena noticia. Se trata de la asignación de una pensión vitalicia que asciende a dos ingresos mínimos mensuales, o sea casi 235 mil pesos, por decreto del Presidente de la República.
Herencia de Familia
Renato Correa es otro caso que sorprende. Tiene tres años y aparentemente un niño normal, porque juega y se divierte como cualquiera, aunque debe usar lentes especiales con los cuales ha sido sujeto de burlas entre sus pares.
Padece de catarata bilateral congénita y glaucoma en su ojo derecho, al igual que su madre, primos y abuelos: una lamentable enfermedad que se ha ido transmitiendo de generación en generación. Su principal problema es que se trata de un mal en constate evolución.
El Gobierno asignó una pensión que llega a los 117 mil pesos mensuales hasta los 18 años de edad de Renato, que será cobrada mes a mes por su madre, Marjorie Navarro.
Escoliosis múltiple
Blanca Cortés vive en Temuco también. Tiene 55 años y es viuda. Presenta un lumbago mecánico degenerativo, escoliosis en el dorso lumbar y una tendinitis crónica.
Los dolores y la lentitud en el desplazamiento simplemente terminaron por dejarla sin poder trabajar. Trabajaba como asesora del hogar; un trabajo que no le reportaba mucho dinero pero que le permitió tener una vida digna hasta que su enfermedad comenzó a acentuarse.
Por esas cosas del destino, Blanca debió además hacerse cargo de una nieta: Camila Alarcón de 16 años. Cursa segundo medio en el Liceo Comercial del Desarrollo en Temuco con mucho esfuerzo pues recursos económicos son los que más escasean.
El intendente llegó hasta la casa de esta familia en el Sector Pedro de Valdivia en Temuco. Les llevó los documentos para comenzar a cobrar una pensión solidaria asignada por el Gobierno que llega a los 58 mil pesos para cada una. En el caso de Blanca, hasta los 65 años, tiempo en que –por defecto- comenzará a recibir una pensión del IPS; y en el caso de Camila hasta que salga de la Universidad, con un tope de edad de 24 años.