Don Jorge fue, más allá de su investidura de Obispo, un
hombre bueno, un hombre de Dios: sencillo austero, culto, inquieto
intelectualmente, con una acentuada preocupación por los más pobres, los
postergados y los perseguidos; poseedor de una fina ironía que reveló en cada
una de su intervenciones públicas y privadas. Tuvo la misión de liderar la
instalación de la naciente Universidad Católica de Temuco, luego de su
autonomía, siendo así su primer Rector en el año 1991.
En el día de hoy nos congregaremos en la Iglesia San Francisco
a las 17:00 horas, para sentirlo muy cerca en estos momentos en que se abraza y
descansa bajo el cobijo del Padre Bueno. Asimismo, para agradecer a Don Jorge
su testimonio permanente de entrega a los demás, de servicio a la Iglesia , a la academia y
al país en tiempos difíciles para la nación y sus habitantes. Particularmente,
en esta Eucaristía daremos gracias a Dios por su trabajo y los frutos que su
inteligencia y esfuerzo nos dejó como herencia en nuestra casa de estudios.
Departamento de Comunicaciones
Universidad Católica de Temuco