Llegaron a mi local comercial por esas casualidades dos antiguos vecinos de Galvarino, personas de la tercera edad que son parte de la historia de la comuna, me refiero a don Arcenio Espinoza y a don Lorenzo Bustos, antiguos habitantes de Galvarino, de esos que ya quedan pocos, y al verlos conversar tan animadamente me permití la licencia de consultarles su edad, a lo que ellos gustosamente accedieron, 84 y 88 años respectivamente, viejos apellinados que se ven paraditos y enteros, llenos de vida, sin ninguna queja ni malestar, realizando todavía labores mecánicas y agrícolas en el caso de don Arcenio y domesticas en el caso de don Lorenzo.
Un verdadero ejemplo de vitalidad y energía, muchas veces vemos gente joven deprimida, cansada, sin ganas de vivir, achacados y enfermos, quejándose por todo, sin embargo estos “viejitos” del 1900 y tanto, los vemos todavía con cuerda, felices y aferrados a la vida, jugando quizás los descuentos de este único partido de la vida, y al verlos tan vigentes y activos creemos que el entrenador celestial los dejará jugar para rato, hasta que los llame a otras labores en el cielo.
Y la reflexión es la siguiente: ¿Llegaremos nosotros a acercarnos siquiera a la edad de estos viejitos longevos?..... Llevando la actual vida de locos, al ritmo descontrolado y llenos de preocupaciones materiales, lo veo muy difícil, hoy no se vive, se sobrevive.
QUE ME DICES A MI QUE MI SUEGRO, Don Gilberto Cofré Hidalgo tiene 96 años.... y en cuanto a tu reflexión de si nosotros alcanzaremos a llegar........... sinceramente no lo creo nuestra alimentación es menos sana que la de ellos.
ResponderBorrar