Como buen chileno que deja los trámites para última hora, tuve que ir al Banco Estado de Galvarino este miércoles 17 de Septiembre, último día hábil de la semana de fiestas patrias. Imagínense como se encontraba esta pequeña oficina de 6x5 mt. con cientos de personas haciendo una sola y larga fila para cambiar quizás más de alguno el esperado aguinaldo diezciochero.
Como ya me imaginaba con lo que me encontraría, me hice el ánimo y la paciencia para soportar estoicamente esta larga y aburrida espera y como lo que más había era tiempo, (más de 1 hora y media en una única fila), me dedique a observar pacientemente el entorno y lo que más me llamó la atención entre varias curiosidades fue lo siguiente:
Son situaciones anormales que en todos lados pasan, pero que en esta pequeña y hacinada oficina con público y funcionarios muy juntos unos de otros, son mucho más notorias y visibles y que provocan malestar entre el común de los clientes.
Pero la molestia generalizada de todos es la falta de cajas que mantiene este banco. Desde que se inauguró esta pequeña pero necesaria sucursal, prácticamente no se moderniza y no vemos una mejora en el servicio, son los mismos 3 funcionarios y un guardia, que sumado a lo estrecho de sus instalaciones hacen que unos pocos clientes colapsen en poco rato esta pequeña oficina, que más que sucursal bancaria parece una simple “caja vecina”, lo que hace necesario gestionar en forma urgente con las autoridades competentes, la habilitación de una segunda caja, especialmente para los días de mayor movimiento, el 90% de clientes que acude a esta oficina es de origen humilde y no se merecen un servicio tan malo y deplorable, hoy día el tiempo es valioso para todos y esta aglomeración de público no se da solo para fiestas pátrias, es cosa de todos los días.
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