Declarándome de Izquierda Progresista y simpatizando desde
el minuto que tengo conciencia política con la socialdemocracia, representada
(supuestamente) en Chile por la
Concertación , pero dándome cuenta que los objetivos que
buscaba la ciudadanía no se veían plasmados en los gobiernos Concertacionistas. Desde finales
del Gobierno del Presidente Lagos comencé a cuestionarme si valía la pena
seguir apoyando a este conglomerado que no lograba estampar en el congreso las
reales solicitudes de la ciudadanía. Fue así que en las últimas presidenciales
me convertí en un fuerte crítico de la Concertación y apoye vigorosamente una
candidatura independiente a la presidencia, candidatura que no convoco a la
mayoría y así termine votando en segunda vuelta nuevamente por el menos malo y
en consecuencia pase a ser uno más de la oposición.
A poco andar del nuevo gobierno manejado por la derecha
económica y los poderes facticos y aun con la Concertación aturdida
por la derrota en las urnas y una nueva oposición ciudadana fuerte, aunada en
las calles, que cada día se hace más y más numerosa. A raíz de lo anterior
algunos partidos de la
Concertación comienzan a cuestionarse la continuidad del
bloque que nos condujo a la democracia y ahora ultimo, después del revuelo
causado por la tesis del PPD de dar por superada la Concertación y pasar
a un nuevo pacto político que aglutinara
a “la convergencia opositora”, idea que generara una discusión interna en el
conglomerado del arco íris y que tenía como objetivo presentar una propuesta
rupturista, de futuro y ampliarle el horizonte a la Concertación. Con
un poco de esperanza y pecando de inocente, acabo de terminar de leer el
documento preparado por los 4 partidos denominado "Nuestro
Compromiso", en donde hacen una autocrítica a medias, a mi parecer tardía
y presionada por las manifestaciones ciudadanas del último tiempo. Propuestas que buscan unir la concertación
con la ciudadanía, propuestas que concluyo no son más que buenas intenciones y
que en definitiva buscan llevar a la Concertación a ser gobierno nuevamente a costa de
los sueños de la gente y que probablemente terminara dándole la espalda al
pueblo por segunda vez.
Es aquí donde me pregunto ¿Necesitamos a la Concertación ? Y mi
respuesta categórica es ¡No!, la ciudadanía ya se tomo el poder en las calles,
no necesitamos que un grupo de políticos añejos nos represente, somos nosotros
quienes nos hemos manifestado y colocado los temas de real importancia en la
agenda política, pero ahora debemos ser capaces de esos temas llevarlos
adecuadamente a puerto y que se vean reflejados en las Leyes del Estado,
también debemos ser capaces de tomarnos el gobierno y tenemos una gran
oportunidad en un año más, en las próximas elecciones municipales, es aquí en
donde debemos dar la lucha desde ya, para poner en los gobiernos comunales
verdaderos servidores públicos, nacidos de los movimientos sociales, con una
nueva propuesta de futuro. Para lograr esto es que debemos hacer lo que la Concertación no se
atreve, que es unirnos desde las bases, pasando por las organizaciones
comunales-territoriales, grupos de defensa de los derechos ciudadanos,
movimientos indígenas y ecológicos, grupos políticos excluidos por el sistema
binominal, entre otros.
En muchas partes del mundo la ciudadanía se ha cansado que
le pasen por encima y que las grandes empresa les roben a vista y paciencia de
los gobierno y que los políticos solo se acuerden de ellos en los momentos de
campaña, así lo demuestran las numerosas manifestaciones que vemos cada día en
los noticieros nacionales.
El momento es ahora, no te quedes sentado, no dejes que
otros luchen por tus derechos, movilízate, participa, inscríbete en los
registros electorales, vota.
Roger Ancamil Vallejos
Galvaricense
Ciudadano movilizado por la educación, por la ecología, por
los derechos ciudadanos e indígenas.