No hay caso, la aprobación a la gestión del presidente Sebastián Piñera sigue cayendo estrepitosamente. La encuesta Adimark entregó los últimos resultados, que muestran números más que malos para la actual administración. Solo un 36 por ciento aprueba la gestión del presidente, en tanto la desaprobación alcanza al 56 por ciento, el peor registro del mandatario desde que asumió el mando del país.
Que factores están gatillando esta alta desaprobación: ¿El proyecto Hidroaysen, las manifestaciones estudiantiles?...... la verdad es que yo creo que el principal motivo es la alta desigualdad existente y no se está escuchando a la gente. El gobierno no está cumpliendo con las expectativas generadas durante la campaña, especialmente con la castigada clase media. Muchos que votaron por Sebastián Piñera hoy están desencantados, “estamos igual que antes” son algunas de las frases que escuchamos a diario y que van en aumento en este contagio de no ver resultados de un gobierno del que se esperaba mas.
Es cierto que se está trabajando fuertemente por los más pobres, y esto es necesario hacerlo, pero también es cierto que este es un sistema diseñado y a la medida de los más grandes, como las empresas de retail y la banca, que están teniendo utilidades como nunca, y para variar los que llevan la mayor carga y la pesada mochila, es la siempre castigada clase media y las Pymes, que fueron justamente las que le dieron el triunfo a Sebastián Piñera para llegar a ser presidente.
Son las pequeñas empresas, el pequeño comerciante, el pequeño empresario, que se levanta todos los días temprano para echar a andar su negocio, que tiene deudas, hijos en la universidad y es mirado con desconfianza por el sistema financiero, sin ningún tipo de ayuda ni apoyo, ni siquiera del banco del estado, ya sea por estar en Dicom, por el famoso predictor de riesgo, el historial, etc. y que para variar se está quedando sin poder subir al “tren” del crecimiento que experimenta hoy el país.
En el caso de los empleados, también de clase media, también educando sus hijos, con deudas como todos los chilenos, pasa exactamente lo mismo, existe un total descontento, porque tienen que absorber las sucesivas alzas en la canasta familiar, los combustibles y los servicios básicos, y todo esto con el mismo sueldo.
Hay estudios que indican que la clase media es la que paga los más altos intereses en la banca por un crédito de consumo, es la que paga más impuestos, además de los altos costos en energía eléctrica y combustibles, y esta desigualdad es la que hace que el chileno medio esté descontento con el sistema.
Por otro lado en los sectores más humildes tampoco le perdonan al actual gobierno, el no haber entregado este año el Bono Marzo, recursos extras que tanto ayudan a las familias con menores ingresos.
Por ultimo, tampoco se debe mirar en menos, ni menospreciar el poder que hoy tienen las redes sociales y sus movimientos ciudadanos, la gente hoy está comunicada e informada, Hidroaysen es un buen ejemplo de ello, un sensible tema ambiental que tampoco supo manejar el gobierno y que hoy tiene adeptos por una patagónia sin represas, tanto a gente de izquierda, de centro como también de derecha.
Es de esperar que esta baja aprobación encienda las luces de alerta y se corrijan los errores cometidos, aun es tiempo de enmendar el rumbo, porque finalmente es la propia gente la que decide con su voto las autoridades que necesita y si se quiere ganar un nuevo periodo presidencial, hay que cumplir y apoyar a la clase media, que es finalmente la que inclina la balanza por uno u otro candidato.
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