Diputado Estay (UDI), ante quiebre de negociaciones por huelga de hambre: “Representantes de los comuneros en huelga estiraron el elástico hasta cortarlo”

• Pretensión de sentar a la mesa a los tres poderes del Estado es inaceptable
• No corresponde llevar a la fuerza a los tres poderes del Estado a una negociación política
• Involucramiento del Poder Judicial podría derivar en acusación constitucional 

El diputado Enrique Estay (UDI), refiriéndose gráficamente al abrupto quiebre de las negociaciones que facilitaba el obispo Ricardo Ezzati, señaló que “con sus desmesuradas pretensiones, los representantes de los comuneros en huelga estiraron el elástico hasta cortarlo”.

“Todo tiene un límite”, agregó, explicando que “si una parte desconoce que su único interlocutor válido es el gobierno legítimamente constituido, y pretende que el Estado completo –a través de sus tres poderes- sea forzado a sentarse en una mesa de negociación, no cabe duda de que su pretensión excede lo aceptable”.  

“En Chile las negociaciones políticas conciernen exclusivamente al gobierno. No corresponde que los otros poderes del Estado sean llevados a la fuerza a participar de estas mesas de diálogo, menos aún que los representantes del Poder Judicial se presten para ‘arreglos a la buena’, cuando deben juzgar en querellas criminales donde son imputados los mismos que pretenden sentarlos a resolver estas materias. Esto incluso podría derivar en una acusación constitucional”, precisó.

“Si se reconociera a un grupo de procesados en causa criminal el derecho a exigir a los poderes Legislativo y Judicial cambiar a su amaño las normas según las cuales van a ser juzgados, se crearía un precedente fatal, que destruiría la igualdad ante la ley y que tiraría por la ventana todos los principios y derechos fundamentales sobre los cuales descansa nuestro sistema judicial”, dijo Estay.

Estay resaltó que “lo que está en juego es tremendamente importante. El Estado de Derecho es la gran garantía que tienen las víctimas de que hay un ordenamiento jurídico que castiga a los delincuentes. Si éstos pueden forzar al país a dictar leyes ‘a su pinta’ cada vez que las normas vigentes no les convienen, entonces, ¿para que existen las leyes, si no se cumplen, no se respetan, y se cambian cuando un grupo de presión lo exige?”

“Este chantaje moral debe terminar; los protagonistas de esta protesta están pidiendo cada vez más, sin reconocer nada de lo mucho que ya se les ha concedido”, concluyó el legislador.