Se acerca la gran noche de año nuevo, fecha asociada a celebración, fiestas, carretes, borracheras y mucha alegría, pero también para algunos más sensibles tristeza y melancolía por todo lo bueno y malo que ocurre durante el año que se va.
Un año nuevo siempre traerá esperanza, buenas vibras y energías positivas, pero también debemos reflexionar de cómo enfrentaremos este 2009, que se anuncia complicado en lo económico, donde la incertidumbre de esta crisis mundial ya se hace sentir por estos lados, con una baja actividad económica y un desempleo que ya alcanza cifras preocupantes.
Por último una recomendación especialmente para los jóvenes; tomar conciencia y celebrar estas fiestas con moderación y responsabilidad, los excesos nunca son buenos y estas fiestas generalmente son los escenarios para que ocurran accidentes. Del amor al odio, de la alegría a la tristeza y de la vida a la muerte estamos solo a un paso, y quizás después de una alegre fiesta estemos lamentando una tragedia. Cada año nuevo vemos como en la comuna el desenfreno, los excesos y las peleas de una “noche loca” se apoderan de las calles, aprovechándose quizás de la falta de personal y escasa fiscalización nocturna de las autoridades competentes, comencemos bien el año, no solo de carrete y copete vive el hombre.
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